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El acoso escolar o “Bullying” es una forma de maltrato intimidatorio que contiene todo tipo de actitudes que podríamos definir como agresivas, con intención clara de dañar y que se reiteran a lo largo del tiempo. Estas conductas intimidatorias ocurren sin ninguna razón clara o aparente y se realizan entre menores.
Dentro de estas acciones podemos dividir el “Bullying” en diferentes categorías:
- Acoso verbal: el más habitual, consistente en insultos y humillaciones.
- Acoso social: acciones encaminadas al aislamiento de la víctima.
- Acoso psicológico: amenazas y chantajes para crear miedo.
- Acoso físico.
- Ciberbullying: agresiones verbales, exclusión social o suplantación de identidad a través de Internet.
Detectives para casos de acoso escolar
Acerca de la duda que parece existir sobre si es legal investigar delitos de acoso escolar en menores, se debe concluir que la respuesta es “sí”, es una actividad indagatoria completamente legal.
Los detectives privados pueden investigar cualquier delito de carácter privado o semipúblico, en este caso, el acoso escolar entra dentro de los denominados semipúblicos ya que deben comenzar con una denuncia. Además, cabe destacar que los profesionales de la seguridad privada siempre actuarán conforme a métodos de investigación totalmente legales y con la sensibilidad necesaria para cada caso.
Puede que la duda real se centre en que con frecuencia los acosadores y delincuentes en este tipo de delitos son menores, con la incertidumbre que esto conlleva en cuanto a su investigación. Sin embargo, no es este un aspecto relevante para la investigación privada, sino que la importancia de este hecho recae más bien en que si el acosador fuese menor de edad, la aplicación de la norma penal es diferente, ya que no recaería dentro del ámbito del Código Penal sino en el ámbito de la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor.
Hay que tener en cuenta, igualmente, que si los actos no fueran de tanta gravedad, sería la Administración educativa y los órganos de dirección del centro los responsables de acabar con el acoso escolar a través de la implantación de distintas medidas.
Los detectives privados, por tanto, pueden llevar a cabo la pertinente investigación en este ámbito, elaborando un informe en el que se recogerán y fundamentarán las pruebas recabadas para aclarar la situación y se lo podrán facilitar a los responsables del centro escolar en cuestión para que adopten las medidas oportunas y activen el protocolo correspondiente. Además, como es obvio, este informe también puede usarse como medio para interponer la denuncia correspondiente ante los tribunales.
Normalmente, estas actuaciones llevadas a cabo por los profesionales de la investigación privada podrían consistir en la realización de vigilancias o seguimientos del menor en sus diferentes trayectos diarios; de casa al centro o con sus amigos, siempre con acciones amparadas por la ley y en las cuales se obtendría documentación gráfica que confirme que el menor está siendo víctima de acoso escolar.
Por el avance de las tecnologías, estos actos contra los menores pueden ejecutarse a través de las redes sociales y los detectives privados tienen las capacidades y los métodos suficientes para poder hacer averiguaciones acerca de esos dispositivos de los autores y conseguir evidencias digitales que conformarán diferentes tipos de pruebas necesarias.
Cómo detectar el acoso escolar en colegios
En cuanto a cómo detectar el acoso escolar, existen diversos síntomas que pueden darse en el niño y con los cuales se podría determinar si está siendo víctima. Se debe estar especialmente atento a los meses de septiembre y octubre, así como a los meses de marzo a abril, ya que son las épocas en las estadísticamente se observa la aparición de ciertos signos reveladores de un estado anímico fuera de lo normal. Como es lógico, signos de alarma a tener muy presentes son las pequeñas lesiones, moratones injustificados, pocas ganas de salir o ver a los amigos, dolores frecuentes de cabeza, dolores abdominales o comportamientos irritables o nerviosos…Estos, entre otros, son claros indicadores de que se puede estar produciendo acoso escolar o “Bullying” sobre el menor. A estos síntomas podemos unir el abandono de las aficiones, un rendimiento escolar bajo y repentino, una pérdida de concentración y de autoconfianza o el aislamiento.
Si extrapolamos esto al ámbito escolar, la detección pasa por una buena actitud por parte del profesorado. Así, la comunidad educativa debe esforzarse en llevar a cabo una extrema vigilancia de los factores anteriores, tanto dentro como fuera del aula (recreo, actividades extraescolares, recreo,etc…) y, por otra parte, es fundamental mantener una empatía con la víctima o posible víctima y un diálogo con los acosadores y los demás alumnos que, indirectamente, pueden estar colaborando con estas acciones de acoso.